Esta intervención nunca tuvo que ver con los derechos humanos, ni siquiera con intentar imponer cierto orden político “mejorado” en Siria. Si tuviera que ver con derechos humanos los EEUU hubieran intervenido tras la masacre química, por ejemplo, en 2013, o tras cualquiera de las otras masacres que habían sucedido y estaban sucediendo debido a las fuerzas aéreas del régimen. Rehusaron hacerlo.
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